La compreension de los sueños
Emilio Romero
He experimentado en sueños, o en estado de semi sueño, las experiencias más profundas y enigmáticas de mi vida. No busco en la fantasía lo que la realidad no podría proporcionarme. Simplemente desconozco las fronteras que las separan. Los sueños me invitan a una permanente aventura por sus sendas imprevisibles, sobre todos los que permanecen al margen de la ley.
En sueños he transgredido todas las prohibiciones de la ley mosaica, y gozado las proezas más insólitas, como volar a voluntad como un cóndor sediento de espacios infinitos. De cada noche recuerdo uno o dos sueños, que me ofrecen como un diagnóstico de mi momento vital en sus tres dimensiones temporales ineludibles. Puedo eludirme con una persona que inspira mis atenciones o con un desafío que me entusiasma, pero un sueño me muestra la doble faz de toda propuesta humana. Su lado positivo y su lado negativo.
Esta es una de las características del mundo onírico: nos muestra en sus escenarios las fantasías más insólitas y absurdas y al mismo tiempo nos proporciona las pistas más tangibles de nuestra realidad, esos límites que se imponen en la vida práctica y que frenan nuestra imaginación.
Los sueños son una de las experiencias humanas más intrincadas y enigmáticas. Traducen y reflejan la propia complejidad y el misterio de nuestra vida. A pesar de ser una actividad diaria, que acontece en estado de sueño, nuestro conocimiento es bastante incierto e hipotético. Es cierto que todos los modelos de de psicoterapia han propuesto algunas formas de análisis, pero la terapia gestáltica y el psicoanálisis son las más difundidas. Expongo aquí los principios que guían el trabajo terapéutico según un modelo comprensivo de abordar esta expresión de la existencia.
Comento algunos principios básicos que permiten comprender lo más propio de la producción onírica, sus relaciones con la personalidad y sus conexiones con el mundo de la persona, de su configuración afectiva y de los modos de relación interpersonal. Recuerdo que el método comprensivo es propio de las ciencias humanas; su objetivo es establecer el significado y el sentido de los fenómenos humanos tal como son vividos por la persona y tal como se manifiestan en las obras y producciones culturales creadas por la actividad del hombre. Se distingue de los métodos explicativos que buscan las causas o factores determinantes de un proceso, de un fenómeno, de un síntoma o enfermedad, e inclusive de algunos comportamientos; son los métodos propios de las ciencias naturales.
Los métodos de las ciencias humanas son de tipo cualitativo; los de las ciencias naturales tienden a ser predominantemente cuantitativos, al menos de tipo estadístico. Tres métodos son ampliamente usados en un enfoque cualitativo: el fenomenológico, el hermenéutico, el modal-comprensivo y el dialéctico. Vale destacar que en un enfoque comprensivo no se ignora o desconoce la validez de los enfoques cuantitativos ni de los hechos en que tanto insisten sus promotores. Se insiste, eso sí, en que los hechos y eventos precisan ser interpretados para que adquieran sentido.
Mi enfoque es de tipo fenomenológico, es decir, procura captar lo más propio de los fenómenos presentes en el escenario y en la dinámica de los eventos oníricos. Pero no me limito sólo a este método; lo fenomenológico explica determinadas relaciones hombre-mundo, que es un elemento inicial imprescindible; parte del principio de intencionalidad que es una característica de la consciencia: significa que ser consciente implica la referencia a un objeto, evento o situación que está en el mundo, fuera de la consciencia. En determinados casos recurro a mi concepción de las modalidades del método comprensivo como otras formas de dar cuenta del acontecer vivencial reflejado en el escenario onírico. La aplicación de estas modalidades da acceso a un enfoque hermenéutico, es decir, a una interpretación de los fenómenos que se conecte con el todo de la personalidad y del mundo personal, especialmente desde la perspectiva de su historia, de las peculiaridades vividas, sus contradicciones y de las intenciones que orientan sus objetivos. Lo vivido, la perspectiva histórica genética, la intencionalidad de la praxis y sus contradicciones y sus objetivos adquieren su elucidación una vez que explican la situación y las condiciones de su existencia.
Todo sueño refleja momentos de una vida, conectando las tres vertientes del tiempo. Esta es una peculiaridad de toda vivencia entendida como padrón flexible de experiencias asociadas por afinidades afectivas y tendenciales. Las vivencias agrupan experiencias diferenciadas por su flecha direccional y por rasgos peculiares, pero todas ellas están impregnadas del factor afectivo, inclusive las más intelectuales
La aplicación de estas modalidades da acceso a un enfoque hermenéutico, es decir, a una interpretación de los fenómenos que se conecte como el todo de la personalidad y del mundo personal, especialmente desde la perspectiva de su historia, de las peculiaridades vividas, sus contradicciones y de las intenciones que orientan sus objetivos. Lo vivido, la perspectiva histórica genética, la intencionalidad de la praxis, sus contradicciones y sus objetivos adquieren su elucidación una vez que explicitan la situación y las condiciones de su existencia.
Todo sueño refleja momentos de una vida, conectando las tres vertientes del tiempo. Esta es una peculiaridad de toda vivencia entendida como padrón flexible de experiencias asociadas por afinidades afectivas y tendenciales. Las vivencias agrupan experiencias diferenciadas por su seta direccional y por rasgos peculiares, mas todas ellas están impregnadas del factor afectivo, inclusive las más intelectuales. Experiencias religiosas, políticas, estéticas, sexuales, profesionales, de precariedad o prosperidad material, son caracterizadas por su seta direccional, su telos –y todas ellas son evaluadas y sentidas por su fondo afectivo. Las seis modalidades de la comprensión destacadas por mi emanan y son influenciadas por este fondo endotímico –como gusta decir Lersch.
A través de ejemplos ilustrativos muestro como opera el análisis de los sueños, la forma de ir captando su sentido por parte del soñador y la resonancia que este saber proporciona a la ampliación de su consciencia y su mundo personal. Muestro como en ellos se expresa lo más constante de nuestro mundo personal, de sus realidades cotidianas y como también se conectan con las más complejas vivencias que urden la trama afectiva de nuestra historia. Las dos grandes fuentes de lo imaginario y de la creatividad, siempre asociados, están operando en ese teatro del absurdo que vivimos todas las noches, y también todos los días en estado de vigilia. Lo imaginario y las realidades más crudas allí están presentes.
El concepto de realidad goza de una innegable respetabilidad en el criterio del sentido común. En una primera impresión lo real se nos presenta como configurado de una cierta manera, es fácilmente aprehensible, se muestra como hecho irrefutable, consistente, objetivo, con frecuencia indudable. Lo real deriva del latín res= cosa, es la cosa, eso que está a nuestro alcance, creado, fabricado por el hombre. Las cosas y los hechos son entendidos como las realidades indiscutibles.
No obstante, si pasamos de la mera impresión para un examen más atento de lo real y de la llamada realidad vemos que comienza a perder su consistencia, que no es un criterio seguro de la verdad, que está muy subordinado a la perspectiva, al ángulo desde el cual el hecho sea evaluado. En la vida cotidiana tiene validez, nos sirve para dar cuenta de nuestras tareas y rutinas, mas en un nivel más acucioso de conocimiento mucho de lo que tomamos como realidades pierde buena parte de su supuesta evidencia, de su valor demostrativo.
Las realidades y lo imaginario están entrelazados de tal manera que resulta difícil discernir uno del otro. Esto es particularmente cierto en el mundo de los sueños. En una impresión acrítica, ingenua, este es un universo irreal, un teatro de invenciones que aún mostrando aspectos de la vida común de las personas están demasiado mezclados con figuras de lo absurdo y de lo extraño, en consecuencia, poco nos enseñarían de nosotros mismos. Sin embargo, si examinamos de manera rigurosa y de acuerdo con criterios fenomenológicos confiables los sueños nos ofrecen un diagnóstico que refleja los aspectos más significativos de nuestras realidades, o mejor, del mundo que protagonizamos.
Comento el enfoque de Medard Boss sobre este mismo tópico cuyo abordaje Daseain-analítico es similar, en algunos puntos, a mi propuesta. También considero las tesis de otros autores como es el caso de Ernest Rossi, un terapeuta que define su método como de psico-síntesis, que recoge las contribuciones de la Gestalt y de Jung, principalmente. Jung es mencionado como una de sus fuentes. “El principio básico de la psico-síntesis indica que cualquier aspecto de la experiencia fenomenal (una emoción, una preocupación cognitiva, un bloqueo en el desenvolvimiento, características de personalidad, etc.) que puedan ser visualizado es envuelto en una trama imaginativa puede de esta forma ser transformado”. (pág.218). Postula que os ejercicios de la imaginación estimulan el sentido de libertad, de auto-expresión, de creatividad.
En estas páginas esbozo las líneas generales de una hermenéutica que permita comprender tanto la personalidad, entendida como el conjunto de características personales estructuras y configuradas, como de la persona como se en-el-mundo, como la trama existencial que diseña nuestra figura humana en un complejo de relaciones. Para tanto hago una breve exposición de la personalidad en términos de vectores y factores, que caracterizan los rasgos fundamentales de la persona. En seguida comento de manera breve la existencia como ser en-el-mundo, que es una idea diferente a la propuesta hecha por Heidegger, como se verá en el capítulo correspondiente. Toda hermenéutica considera el tema de su investigación en una perspectiva histórica. Esto implica que estudiar a la persona conforme esta exigencia significa atenerse a su historia personal. Esta hermenéutica incluye la comprensión de os sueños en tanto ellos expresan aspectos básicos del mundo personal.